La Higiene del Labrador: baños, orejas y antiparasitarios

Como toda mascota, como todo animal, la higiene del labrador debe estar bien planteada si va a estar dentro de casa, y en contacto con los más pequeños.
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Y no es sólo por esto por lo que es importante, sino que también por que es algo fundamental en su salud. El Labrador es un perro que posee un pelaje considerado de pelo corto. Descienden de los perros de aguas de San Juan y están dotados de una segunda capa de pelo (manto interior o sub-pelo) más fina e impermeable que hay que cuidar. Es por esto que los cuidados básicos en la higiene del labrador requieren de unos pequeños trucos y conocimientos que te vamos a detallar a continuación.
BAÑOS:
El cuidado del pelo en el labrador es fundamental, ya que suelen perder mucho pelo. Se recomienda utilizar un champú específico para los baños. Nunca uses agua demasiado caliente, pues es posible que afecte a su cuero cabelludo. Si tiene alguna alergia cutánea, busca en tu veterinario una solución. No apliques cualquier champú por probar y ver qué pasa, si observas algún tipo de reacción.
Para que la higiene del labrador sea correcta, no es necesario bañarlo muy a menudo. Ellos también tienen que regular su olor corporal y acostumbrarse a él. No uséis demasiados productos con olores fuertes. Además después de cada baño dedica más tiempo a secarlo suavemente, y a que quede bien seco, que al propio baño, para evitar así malos olores. Nunca lo bañes más de una vez al mes, e incluso nuestra recomendación es que sea una vez cada dos o tres meses, excepto la suciedad puntual que pueda tener (manchas, patas, hocico, cabeza, etc…) Usa siempre champús para perros (ver en Amazon) de pelo corto.
DIENTES Y OREJAS:
Las orejas son un punto importante en la higiene del labrador , porque al estar caídas hacia abajo, acumulan gran cantidad de suciedad. Se pueden limpiar con una toallita húmeda, sin alcohol, o con una toalla de baño suave y mojada. Nunca debéis utilizar materiales que puedan dejarle residuos dentro, como puede ser el algodón. Una gasa húmeda, es el mejor material para este este propósito, sin productos, sin aromas, con la menor cantidad de sustancias químicas posibles para no irritarles la zona.
En cuanto a los dientes, existen multitud de chucherías y huesos para morder. Incluso kits de cepillado dental. Un truco es darles de vez en cuando a comer un trozo bien grande de pan duro, o incluso manzana (si a tu labrador le gusta)
CEPILLADO:
En el caso del pelo del labrador, al ser un pelaje finito, no se formarán nudos. Puedes cepillarlo cada dos días, para retirar el pelo que se le va cayendo. Utiliza un cepillo especial, sin púas metálicas que se le pueden quedar clavadas en la piel, y causar infecciones. Existen cepillos muy perfeccionados para este fin que reducirán el pelo que cae al suelo hasta en un 80-90%. Así incluso tendrás que barrer menos 😉 A continuación te detallamos algunos de estos cepillos:
Cepillos de pelo corto para la época de muda:
ANTIPARASITARIOS:
Quizá el cuidado más básico sea este que hemos dejado para el último, y es que es -quizá- el más importante: mantenerlo limpio de parásitos internos y externos. De los internos, se encargará directamente el veterinario, con las vacunas y medicaciones, pero de los factores externos debes encargarte tu mismo/a. La aparición de pulgas y garrapatas la podemos evitar usando collares y pipetas de forma periódica.
En verano debemos tener especial cuidado con la Leishmania, transmitida por un mosquito. Aquí te dejamos unas recomendaciones de collares y pipetas que funcionan francamente bien.